Pruebas sencillas para evaluar desde el aula en las diferentes etapas
Evaluación en Infantil
Para valorar el lenguaje
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Puede usarse un breve diálogo informal («¿qué ves en la tele?, ¿a qué te gusta jugar?).
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Convendría
seleccionar cuatro o cinco preguntas, y hacer siempre las mismas a
todos los niños, lo que permitiría establecer comparaciones.
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En
los niños más pequeños es útil un pequeño rato de juego informal (con
una casita con muñecos, un coche, un teléfono de juguete).
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Utilizando también preguntas abiertas.
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Puede utilizarse también láminas de dibujos en las que se representa un cuento-visual, que el niño debe relatar con palabras.
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La
repetición de palabras y pseudopalabras también es muy útil; las
dificultades en la repetición, sobretodo de pseudopalabras, es una
prueba muy sensible para detectar problemas de lenguaje.
De esta forma, se obtiene información de la organización del lenguaje en todos los aspectos formales y funcionales.
La Motricidad Fina
Observando
la manera en que se ata los botones y los cordones de los zapatos
mientras se viste, nos dará una idea de su motricidad fina.
Explorar la lateralidad
Hacía los 6 años la calidad de su representación será muy buena.
Evaluación en Primaria
Exploraremos la lectura
Haciendo que el chico lea en voz alta y haciéndole algunas preguntas sobre el texto para explorar su comprensión.
Para explorar la escritura
Esta exploración, añadida a la actividad del aula general, puede suponer un coste muy pequeño de tiempo.
Precisa de recursos sencillos, perfectamente disponibles en las aulas.
Además, será útil poder ver los boletines de calificaciones y algunos de los trabajos escolares del niño.
Fijarse en que asignaturas domina mejor y en cuales tiene más dificultades nos ayudará a orientar también el problema.
Por
otra parte, hay que tener en cuenta siempre la calidad de la enseñanza
del niño en la escuela, y especialmente el contexto de grupo en el que
se mueve; así por ejemplo, un chico con un TA puede no detectarse
tampoco durante los primeros años de escolaridad dentro de un grupo de
chicos con un bajo nivel escolar entre los que puede ser, en esos
momentos, un estudiante sin problemas.
El
rendimiento satisfactorio de estos chicos en cursos inferiores declina
significativamente, lo que genera frustración y mina la autoestima en
una edad tan crítica como la adolescencia.
Algunas
veces los padres no refieren los problemas escolares, sino que
consultan ,el problema de adaptación social de su hijo o quejas
psicosomáticas varias, que pueden ser la manifestación de un TA.
La
observación sobre el rendimiento escolar la haremos periódicamente en
cada pre-evaluación del niño, pues muchos TA no se hacen evidentes hasta
que aumenta la exigencia académica en educación secundaria.
Con
esta somera exploración y con su utilización sistemática, el educador/a
puede adquirir cierta experiencia para sospechar posibles TA. Con ese
diagnóstico «de sospecha «y evitando a toda costa adoptar la postura de
“esperar a ver si el chico madura”o aceptando etiquetas de “vago” que a
veces, en más ocasiones de las deseadas el niño, acaba adquiriendo, el
educador/a debe remitir al niño a los equipos de orientación
psicopedagógica de su centro escolar y/o a un equipo donde se pueda
establecer o descartar el diagnóstico de TA.
Bastantes
estudios apoyan que el profesorado de los primeros años escolares puede
ser el mejor indicador de futuros problemas académicos, con una
sensibilidad del 61 % y una especificidad del 86 %, mejor que muchas de
las herramientas de screening disponibles actualmente.
Valoraremos también la capacidad de atención
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La pobre habilidad manipulativa, aceptable a los 3 años, ya no lo es a partir de los 5-6 años.
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Usando unos pequeños cubos de madera con los que pedirle que haga unas simples construcciones:
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Hacia los 2 años será capaz de hacer con ellos un tren,
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Hacia los 3 años nos hará un puente.
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A los 4 años una puerta.
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Con una hoja de papel y un lápiz le pediremos:
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A los 2,5 años que nos imite un trazo horizontal y vertical,
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A los 3 años podrá copiar un círculo,
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A los 4 años copiará una cruz,
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A los 5 un triángulo
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A los 6 años un rombo
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Siendo capaz de copiar formas más complejas a partir de esa edad.
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A partir de los 3-3,5 años le podemos pedir que dibuje un niño.
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Los niños de 3 a 5 años pueden permanecer quietos mientras se les cuenta un relato corto.
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Podemos
valorar groseramente la memoria Haciendo que el niño escuche una corta
historia que luego ha de repetir o haciéndole repetir una serie de
dígitos;
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En torno a los 6 años, debería de ser capaz de repetir unos 4 dígitos
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La
habilidad lectora se consigue en el primer ciclo de educación primaria,
de modo que si el niño no ha adquirido una lectura automatizada y
comprensiva a esa edad – en torno a los 7 años- deberíamos remitirle
para un estudio en profundidad.
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Si
hacemos leer siempre el mismo texto a todos los niños podremos también
adquirir cierta experiencia y establecer comparaciones.
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Nos
fijaremos en la velocidad lectora (un niño de primero de primaria leerá
en torno a 30 palabras por minuto y uno de segundo curso unas 70
palabras por minuto).
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Analizaremos
si comete errores como inversiones, sustituciones, omisiones,
adiciones, etc. que pudiesen orientarnos hacia una posible dislexia; con
más peso si además el niño tiene un trastorno de la lateralidad, de la
orientación visuoespacial o dificultades en el desarrollo lingüístico .
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Le pediremos que ponga su nombre debajo del dibujo o escribir una frase espontáneamente.
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Al
dictado y en copia, fijándonos por ejemplo en señales como la confusión
de grafismos que son iguales salvo en su orientación en el espacio
(b-d-p q)
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También a final del primer ciclo de educación primaria el niño tiene que haber conseguido desarrollar la escritura y conocerá algunas reglas básicas de la ortografía castellana euskaldun
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Documento adaptado del original:
TRASTORNOS DE APRENDIZAJE EN PEDIATRÍA DE ATENCIÓN PRIMARIA
Mª José Álvarez Gómez* y Nerea Crespo Eguílaz**
*Pediatra. Centro de Salud Mendillorri.
Servicio Navarro Salud. Osasunbidea
**Psicopedagoga. Unidad de Neuropediatría.
Dpto Pediatría. Clínica Universitaria de Navarra.
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